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La mayoría se quejan del trabajo que tienen, ¿y por qué sigues en él, coño? ¡Si parecen masocas! Es que hay que ganar el pan, dicen. Pues para eso vas al monte y no tienes que trabajar por un dinero, allí la comida es gratis. ¡Ah, no te atreves! Es difícil dejar todas las comodidades y te cuesta matar a un pobre animalillo para llenar tu estómago.

¡Si es que no coméis por necesidad, sino por costumbre! Y os vestís por moda, no por taparos. Bien se sabe que hay otras personas que estas dos últimas afirmaciones no las cumplen debido a su estado “alejado” de la supuesta civilización. Pero ellos también son como vosotros, se mueven por el instinto de la reproducción. ¡Id a crear más seres asquerosos como vosotros! Que os aproveche estéis donde estéis.

Todo este proceso ya empieza desde pequeños cuando os separan por géneros y os dan los juguetes que os dan (no comment!). Es demasiado difícil decir no, somos asquerosos, no les metamos esto a los niños por los ojos, extingámonos.

Sólo piensan en encontrar pareja y aparearse, ¡menudo asco! Si sus cuerpos desnudos son horribles. Y todo por un simple estímulo de placer en el cerebro. Ése es el instinto que les mueve. Los sentimientos mutuos de amor sólo son una máscara para ocultar la verdad. Y esa máscara la convierten en costumbre y han marcado como objetivo casarse y si se puede, tener hijos (así la especie humana continuará su evolución).

Mas no saben que todo es un engaño porque han pasado tantos miles y miles de años que lo creen cierto y necesario en ellos. Y además creen tener personalidad propia, ¡cojones! Sólo siguen el patrón, estudiar, discutir sobre política, quién tiene razón, mira que mal va el mundo, trabajar, ganar dinero, reproducirse, algunas compras, envejecer, jubilarse, cobrar pensión, necesidad de sentirse útiles, dolor por la muerte de otro, disfrutar el tiempo que queda, enfermedades, accidentes, asesinatos, gritos, llantos, risas, enfados, quiero estar solo, me apetecía llamarte, … (la lista es interminable), desaparecer al morir.