lunes, agosto 28, 2006
Se les caen los ojos ante un cuerpo que les gusta, quieren sacar a flor de piel todo ese deseo pero se cortan ante los demás; es extraño, quieren a las personas, pero también son tímidos ante ellos, pueden sentir hasta incluso odio hacia alguien que dicen amar. ¡Ni ellos mismos se entienden!
Y luego van y deciden quien está loco y a quién hay que encerrar en un hospital, sólo porque no tengan esos deseos de ser como ellos. No puede haber fugas en el sistema. Quieren el control de todo. Y qué mejor solución, atontar a la gente, poner como primero la importancia de los sentimientos. Quieren orden y no caos. Ellos mismos se dejan manipular y los que manipulan no lo saben pero están condicionados por el pasado de su propia especie, ellos no son los que mandan ni los que controlan porque ellos también siguen el mismo tren, son humanos y buscan una vida propia y sentirse realizados.
Unos escuchan a otros, otros sólo se escuchan a sí mismos. Unos quieren ayudar a quien están escuchando y hacer que se entiendan, otros quieren ser ayudados, que sus problemas sean compartidos con alguien. Siempre la necesidad de comunicarse con otra persona es la que les mueve. Porque si no se relacionan ya son bichos raros y se sienten desplazados, pero, ¿desplazados de qué?, de un mundo que no sirve de nada.
Si es que son esclavos de ellos mismos, de su misma especie, va a resultar que sin sufrimiento en sus vidas no son nadie. Pero, ¿qué más les dará? Si cuando desaparezcan de esta vida, sus cuerpos serán incinerados o enterrados y en unos cuantos años serán olvidados, por consiguiente, ¿de qué sirve la comunicación? Si al morir no puedes volver a hablar con ellos. Llorarán, sí; lamentarán la pérdida, también; pero cada vez se irán acordando menos de esa persona porque ya no está aquí para conversar, y ya no es útil en sus vidas amargarse por alguien que ya no está.
Y luego van y deciden quien está loco y a quién hay que encerrar en un hospital, sólo porque no tengan esos deseos de ser como ellos. No puede haber fugas en el sistema. Quieren el control de todo. Y qué mejor solución, atontar a la gente, poner como primero la importancia de los sentimientos. Quieren orden y no caos. Ellos mismos se dejan manipular y los que manipulan no lo saben pero están condicionados por el pasado de su propia especie, ellos no son los que mandan ni los que controlan porque ellos también siguen el mismo tren, son humanos y buscan una vida propia y sentirse realizados.
Unos escuchan a otros, otros sólo se escuchan a sí mismos. Unos quieren ayudar a quien están escuchando y hacer que se entiendan, otros quieren ser ayudados, que sus problemas sean compartidos con alguien. Siempre la necesidad de comunicarse con otra persona es la que les mueve. Porque si no se relacionan ya son bichos raros y se sienten desplazados, pero, ¿desplazados de qué?, de un mundo que no sirve de nada.
Si es que son esclavos de ellos mismos, de su misma especie, va a resultar que sin sufrimiento en sus vidas no son nadie. Pero, ¿qué más les dará? Si cuando desaparezcan de esta vida, sus cuerpos serán incinerados o enterrados y en unos cuantos años serán olvidados, por consiguiente, ¿de qué sirve la comunicación? Si al morir no puedes volver a hablar con ellos. Llorarán, sí; lamentarán la pérdida, también; pero cada vez se irán acordando menos de esa persona porque ya no está aquí para conversar, y ya no es útil en sus vidas amargarse por alguien que ya no está.
Comentarios:
No he leido ese libro, aunque lo tengo por casa; lo pondré a la cola de libros por leer y luego te diré si estás en lo cierto.
No he leido ese libro, aunque lo tengo por casa; lo pondré a la cola de libros por leer y luego te diré si estás en lo cierto.
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